LOS CELTAS: posible origen celta del topónimo Bretó.

"Para fijar la expansión de los celtas, en un principio se recurrió al estudio de los nombres de lugar. Entre ellos son muy importantes aquellos en los que aparece la palabra briga en segundo término. Si tenemos en cuenta que briga parece reflejar la idea de una ciudad fortificada en un alto, que en irlandés bre (genitivo breg), y en galés también palabra análoga significa colina, podemos imaginar que los celtas que entraron en España siempre procuraron fortificarse por razón de la inseguridad en que vivirían rodeados por pueblos más antiguamente llegados". "Notemos también que en la toponimia gallega, sobre todo, hay claros vestigios de la presencia de britones en aquella región, como, por ejemplo, Bretegos (Orense), Bretón de abajo y de arriba (Coruña), y, sobre todo, Santa María de Bretoña (Britonia en la Edad Media). En Soria, por otro lado, hallamos Bretún; Bretuy en Lérida; Bretocino y Bretó en Zamora ..."
"Los pueblos de España" Julio Caro Baroja
LA ROMANIZACIÓN: La Vía de la Plata
Ya Virgilio habla de una mansión de la Vía de la Plata que aparece en el Itinerario de Antonino con el nombre de Pretorium, cuya distancia y medidas bien pueden corresponder al lugar de Bretó.
Son abundantes, por otra parte, los restos prerromanos y romanos que aparecen en una extensa zona del término: fragmentos de cerámica, tégulas, restos de vidrio fundido, y otros materiales poco diferenciados



Los restos de vidrio incrustados en la arcilla indican, probablemente, la existencia de un horno de fundición para la fabricación de objetos diversos.


En un documento de donación del Rey Ordoño III al monasterio de Sahagún de Campos, fechado en el año 951, aparece el nombre de Bretó:
"de tertia parte carrera de Veciella, que discurrit a vico de Breto que vadit a Marerola. Omnia ista concedimus ab omni integritate Santorum Facundi"
En el mismo documento se lee:
"de prima pars término de Breto de secunda pars término de Quintos".
En la documentación de los siglos X al XII aparece con los nombres de Bretoth, Bretou y Breton.
En el año 964 aparece citado una vez más:
"carrera que discurrit de Bretó ad Aratoi" (calzada que va de Bretó a Valderaduey).
Es una muestra más de la importancia que tuvo en aquel momento como vía de comunicación.
En el año 1222 Don Pedro Suero, Deán de la Catedral de Astorga, hace donación al Monasterio de Moreruela de las Aceñas del Hoyo y unas viñas, que posee en Bretó, para que a su fallecimiento le den sepultura en el Monasterio.

Además del dominio que ejerció el Monasterio Cisterciense de Santa María de Moreruela a lo largo de la Edad Media, Bretó formó parte del señorío del Conde de Benavente.

Bretó pertenecía a la Merindad de Allende el Río, que acoge a los pueblos de las tierras del Pan, y pagaba de pedido a la Casa Noble de los Pimentel la cantidad de 1500 maravedíes.
"Por cada casa de los vecinos pecheros 24 maravedíes de martiniega. De cada casa pagan medio carro de paja, que han de traer a la fortaleza de Benavente"
Después de las citas de Moreruela, aparece Bretó en el Censo de la Corona de Castilla de 1591:
" Vecindario de tierras del Conde de Benavente", Bretó contaba con 40 vecinos, de los que 39 eran pecheros y 1 clérigo religioso.
En el Diccionario de Pascual Madoz (1845-1850) aparecen los datos siguientes sobre Bretó: " Tiene 56 casas, escuela de instrucción primaria común a ambos sexos, servida por un maestro con la dotación de 120 rs. y la retribución de los alumnos, que son en número de treinta.
En las inmediaciones de la pobl. se conservan las ruinas de un castillo y de una ciudadela, sepulcros y demás indicios que denotan su ant. importancia. Comprende un caserio titulado el Hoyo y el desp. llamado Santiago. Ind. 4 molinos harineros, y dos cañales para pescar. Pobl. 40 vec., 162 almas...."
En el censo de 1910 contaba con 636 habitantes, en el de 1930 con 691 y 734, y a partir de ese año, como ocurrió con la mayor parte de la población rural, fue descendiendo paulatinamente.
LA IGLESIA

Está dedicada a Ntra. Señora de la Asunción.
En el libro de cuentas de Fábrica de 1748 aparecen los datos siguientes:
"Tenía esta parroquia las Capellanías de Ntra. Señora de la Asunción, del Rosario y de S. Pedro. Eran las cofradías más antiguas las de S. Mamed, la de la Santa Cruz, las Benditas Ánimas y Ntra. Señora de la Pedrera.

Existían en su término tres ermitas: la Vera Cruz, S. Mamed y Ntra. Señora de Montes Negros. Económicamente se defendía bien, ya que de primicias recogía en 1748, 32 heminas de trigo, 28 de cebada y 62 de centeno".
Se observan en ella varios estilos arquitectónicos que delatan épocas distintas en su construcción:
Los más antiguos, quizá de origen prerromano, están situados en el friso de la espadaña de la iglesia y son una especie de molinillos o soles de radios curvos, también un arco ciego situado encima de la puerta de la escalera que lleva al campanario.
La capilla mayor conserva contrafuertes en los ángulos y una ventana abocinada de medio punto probablemente de principios del XVI.
La entrada principal, en el lado sur, es de corte neoclásico. Es a lo largo del XVIII cuando más reformas se realizan.
Vista de la capilla mayor de la Iglesia, con su retablo donde se puede leer la fecha de 1796. "Siendo Papa Pío VI y Rey Carlos IV en 1796 doró Paulino de Isla". El coste fue de 21.500 reales de vellón.
Fue Alejandro Gamallo (imaginero beneventano cuya producción artística tuvo lugar entre mediados del siglo XVIII y la primera mitad del XIX) quien realizó las imágenes de la Asunción, que preside el altar mayor, y las de S. Antonio Abad, Santa. Lucía, Santa Bárbara, la Virgen del Rosario, etc.

"Yo el infrascrito Cura Párroco de esta Parroquia de Bretó, por el mucho afecto que siempre he profesado a esta mi parroquia y teniendo por otra parte en consideración lo mucho que he gastado para poner en el estado de lucimiento en que se halla, desde luego le ofrezco tres mil y quinientos reales de vellón para ayuda de costear la obra que le falta hacer del altar de S. Mamed, colocando a sus lados la imágenes de S. Blas y S. Antonio Abad y a cumplir esta libre oferta me obligo con mi persona y bienes y quiero y es mi voluntad, que si antes de realizarse llegase a fallecer se saque ante todos cosas de lo más bien pagado de mi herencia los expresados tres mil quinientos reales. En fe de ello lo firmo en este Bretó a 23 días del mes de febrero de 1790. Andrés del Río Gutiérrez. Rubricado"

Las pinturas de la bóveda y la misma bóveda fueron realizadas por José Martín, vecino de Benavente; se ajustaron en 4339 reales de vellón y se le abonaron 500 reales de vellón fuera de trato por lo bien ejecutada que quedó dicha obra. Así lo afirma Gaspar López, Maestro de obras de la Santa Iglesia Catedral de Astorga, que pasó reconocimiento a dicha obra, firmando en Bretó a 1 de agosto de 1766.
"Benavente y Tierra de Campos" José Muñoz Miñambres. |